La clave del emprendimiento
Un buen vino necesita madurar con el tiempo para mejorar, lo mismo ocurre con las ideas de negocio, solo con el tiempo y el esfuerzo maduran y se convierten en una fuente potencial de beneficios.
Cuando se comienzas a emprender, se debes optimizar el tiempo y no invertir todas las horas en desarrollar una idea de negocio sobre un producto o servicio, que no sabemos si le interesa comprar a algún cliente.
Todos los productos y servicios que están en el mercado y se venden es porque:
- Resuelven un problema.
- Dan solución a una necesidad.
- Satisfacen una pasión.
Por lo tanto, lo primero que tiene que hacer un emprendedor es enamorarte del problema/necesidad/deseo que
tenga el cliente. Hay que pensar un poco en lo que han hecho otras empresas:
- eBay hizo más sencillo comprar y vender por Internet,
- Google facilitó las búsquedas de información online.
En un modelo de negocios se pretende satisfacer necesidades de los clientes a través de un producto o servicio. En cualquier caso es importante tener claras las necesidades de los potenciales clientes pues este es el punto de partida de cualquier emprendimiento.
¿Qué puedes hacer tú que mejore lo que ya existe o que sea totalmente nuevo?
Concreta
el problema que resuelve tu idea
Para concretar el problema, los clientes serán la piedra angular en la
que apoyar toda la estructura de la idea de negocio. Hay
que seguir los siguientes pasos para definirlo:
1.- Hazte preguntas, Tendrás que empezar haciéndote preguntas como las siguientes:
- ¿Qué problemas tienen tus potenciales clientes?
- ¿Por qué?
- ¿Cómo actúan frente a esos problemas?
- ¿Cuál es el origen de los problemas?
Analiza las respuestas y saca conclusiones. Es probable que en el momento en que cotejes con los clientes las soluciones que has encontrado cambien tus conclusiones.
2.- Analizar qué tipo de problema estás tratando de solucionar. En general, existen los siguientes tipos de problemas que puedes solucionar con un negocio:
- Problema oculto. Tus potenciales clientes tienen un problema, pero no son conscientes
de ello.
- Problema “pasivo”. Los clientes tienen un problema, pero no les preocupa la solución.
- Problema “activo”. Tienen un problema y han buscado una solución sin éxito.
- Problema urgente. El cliente tiene un problema urgente y busca una solución rápida
porque la que tiene no le sirve.
3.- Enamorase del problema y no de la solución. Como emprendedor vas a tender a centrarte en desarrollar y conocer a fondo tu producto y puedes pasar horas hablando de lo maravilloso que es, pero olvidas que te debes enamorar del problema y, por tanto, conocer a fondo al cliente que lo tiene. No cometas el error de enamorarte del producto o servicio, o de la solución.
Para conocer mejor el problema puedes apoyarte en las siguientes acciones:
- Empieza a realizar
tormentas de ideas (jbrainstorming): Olvídate de sentarte horas frente a la computadora pensando y empieza a
trabajar. Tus herramientas serán: marcadores de colores, post it
(fundamentales) y una pizarra o un papel grande. Escribe todo lo que se te
ocurra, haz juegos, relaciona conceptos y no dejes nada en el tintero.
- Sal a la calle a
preguntar: El juego de buscar las soluciones que
tu producto proporciona es efectivo, pero de nada sirve si no le preguntas a la
gente que va a utilizar el producto. Para ello puedes hacer lo siguiente:
- Ofrece pruebas
gratuitas. Elabora un producto mínimo viable de
lo que quieres vender. La idea es no gastar mucho dinero y ofrecérselo a tus
potenciales clientes.
- Haz entrevistas
personales y toma el pulso al mercado. Elabora un
cuestionario corto y sencillo con preguntas clave como: ¿comprarías este
producto o servicio?, ¿qué cambiarías?, ¿qué precio pagarías? Es aconsejable
hacer unas 100 entrevistas a potenciales interesados para obtener una buena
muestra.
- Elabora una
encuesta online. Además de todo lo anterior, puedes
elaborar una pequeña encuesta online en redes sociales o por correo
electrónico, para conocer la opinión de la gente. Recuerda: preguntas cortas,
sencillas y muy concisas, 5 o 6 preguntas serán suficientes.
Gran parte de las veces, los problemas no se solucionan porque no estamos claros cuáles son las causas que los originan, y solo atendemos sus manifestaciones
Conclusiones.
Nadie debe hacer un emprendimiento desde cuatro paredes, aislado del mundo y con una computadora en frente. Es necesario “patear la calle”, explorar el mercado, conocer lo que están haciendo otros, pero sobre todo indagar, qué quiere verdaderamente aquel a quien yo quiero hacer llegar mi iniciativa.
No podrás aportar las mejores soluciones si no has indagado bien los problemas que tienen tus potenciales clientes, es decir, que hayas empatizado con ellos.
Una vez definido el problema, ya estás preparado para empezar y para que tu idea comience a madurar.
Benjamin E. Rios D. Emprendedor, Coach, Mentor y Facilitador de aprendizaje en el área del emprendimiento, 35 años de experiencia en la creación, desarrollo y gerencia de medianas y pequeñas empresas

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